Misión de San Francisco de Borja (1762 – 1823)

Serie Misiones de Baja California

Por Héctor Mejorado de la Torre

Información general:

Fundada el 27 de agosto de 1762 por el padre jesuita Wenceslao Link. Fue dotada por doña María de Borja, duquesa de Béjar y Gandía. En 1768 pasó a manos de la Orden Franciscana, siendo los padres Fermín Francisco de Lasuén y Juan Figuer, quienes la administraron hasta 1773. En ese mismo año tomaron posesión los frailes dominicos Manuel García y José Aybar. Fue abandonada en 1823 debido a la falta de neófitos, pues se calcula que en 1762  la población indígena ascendía a 2,059  y  disminuyó a 400 en 1800. La producción agrícola se basaba en el cultivo de trigo, maíz, cebada, garbanzo y viñedos.

Complejo misional:

El complejo misional lo conformaban numerosos edificios, un hospital y la iglesia hecha de adobe, posteriormente se construyó otra iglesia de piedra, también se cavaron dos estanques de piedra y canales que se utilizaban para el riego. Formaban parte de su jurisdicción las visitas de San Ignacio, Santa Ana, San Francisco Regis, San Miguel Adac, San Juan, Nuestra Señora de Guadalupe, Calamajué y después de 1768 se incorporó Santa María  de los Ángeles. Las cosechas eran escasas y esto limitaba la cantidad de población que se podía mantener en la misión, de tal manera que los indígenas se veían obligados a salir en busca de alimento.  Los misioneros se quejaban de que muchos de ellos no asistían a la misión en muchos años, debido a que se alejaban para obtener comida y por consiguiente la instrucción cristiana fue esporádica.

Sección de la Misión de San Francisco de Borja (2008) / Foto: Héctor Mejorado de la Torre

            En 1783, el padre Andrés Souto, escribió que la misión contaba con seiscientos sesenta y seis individuos, pero que debido a la escasez de agua y las malas cosechas, sólo podían mantener a cien alimentándolos con un poco de harina o grano cocido.

Nativos de la región:

La misión quedó ubicada en la amplia zona que se ha denominado cochimí. Existían diferentes grupos con semejanzas culturales, entre otros rasgos pertenecían a una misma familia lingüística conocida como yumana-peninsular. Los misioneros nombraron a las comunidades indígenas de acuerdo a la misión a la que pertenecían, así a los de ésta, los denominaron borjeños.          

Vivían en rancherías de entre cien y doscientos cincuenta miembros, por lo general emparentados entre si. Se gobernaban de manera independiente y todos se unían para los festejos y las guerras. Utilizaban viviendas circulares, con el suelo ahuecado formando un pozo y en el interior dos o tres fuegos, con ramas de palma colocadas afuera por donde venía el viento.

Medio ambiente:

La misión se encuentra ubicada en el Desierto de Vizcaino, su flora se componía de matorral desértico y plantas que se caracterizaban por necesitar poca agua para desarrollarse como el cactus, aliso,  cochal, agave, cirio y ocotillo. Su fauna la conforman los reptiles, diversidad de serpientes, lagartijas, conejos, liebres entre otros.

Distintivo:

Lo que distingue a esta misión es su arquitectura. Los edificios de la misión fueron adornados con piedra de la región, cortada en bloques rectangulares; las puertas y ventanas están enmarcadas por diseños en piedra tallada; existe la posibilidad de que la madera de las puertas originales haya sido traída de México o de España.

Dentro de la iglesia hay un escalera de piedra en forma circular que conduce hacia un vestíbulo, que da acceso a la torre del campanario; cada peldaño esta hecho de piedra de una sola pieza y a su vez cada peldaño se encuentra uno encima de otro y anclados al centro, en forma de caracol.

Escalinata interior. Misión de San Francisco de Borja (2008) / Foto: Héctor Mejorado de la Torre

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