Por Héctor Mejorado de la Torre
Taller de Historia de Tecate, A.C.
Corría el año de 1906, las principales poblaciones fronterizas de Baja California habían visto la luz algunos años atrás, la cantidad de población y desarrollo era dispar. Mientras Ensenada, capital del único ayuntamiento del Distrito Norte, ya tenía varios años de fundación, Tecate contaba con unas cuantas casas dispersas por su valle.

Tomada de: https://www.elvigia.net/general/2013/6/2/ensenada-1900-1937-115838.html
Quizá era la falta de población y los escasos representantes de la ley los factores que favorecieron que las autoridades norteamericanas cruzaran la indeterminada línea fronteriza. Lo anterior lo menciono porque en alguna ocasión, previa a 1906, la autoridad de Tecate solicitó al Gobierno Federal le hiciera el favor de informarle si el poblado a su cargo pertenecía a la República Mexicana o era territorio estadounidense. En su misiva explicó que el motivo de su confusión eran las acciones de un norteamericano avecindado en el poblado, que se empeñaba en pagar sus impuestos en San Diego argumentando que eso era lo correcto por ser territorio estadounidense.
Pero regresando al tema que hoy tratamos, hurgando en los archivos me encontré una carta enviada por el Cónsul de México en San Diego dirigida al Secretario de Relaciones Exteriores de la República Mexicana donde lo pone al tanto de las violaciones que constantemente cometían los agentes de migración de Estados Unidos al introducirse a territorio nacional por el poblado de Tijuana, por si fuera poco lo hacían “Perfectamente armados” con el objetivo de amedrentar a migrantes chinos para evitar que cruzaran a Estados Unidos. Ejercían actos de autoridad evidentemente fuera de su jurisdicción, hasta llegar al grado de tomar por asalto la diligencia del correo por sospechar que en ella se transportaban migrantes orientales.
Es pertinente recordar que los chinos había sufrido una importante persecución y posterior expulsión del Estado de Sonora, esto coincidió con el inicio de la construcción del ferrocarril San Diego – Arizona proyecto que requirió de una importante cantidad de mano de obra, la que pretenderían cubrir los migrantes asiáticos.
El Jefe Político del Distrito Norte de la Baja California, el Coronel Celso Vega, un tanto condescendiente justificó las acciones de los agentes de migración estadounidense. El Coronel Vega le informó al Secretario de Gobernación que los barcos que llegaban al puerto de Ensenada procedentes de Guaymas, Mazatlán, Santa Rosalía y La Paz transportaban una considerable suma de Chinos que al poco tiempo se desaparecían del poblado encaminándose a los puntos más desérticos y menos custodiados de la frontera entre Baja California y California para cruzar al país vecino. Así pues, los agentes cumplen con las órdenes que sus superiores les dan intentando por todos los medios inhibir el acceso ilegal de chinos.

En junio de 1906, el gendarme José Amaya aprehendió al americano W. A. Hutchins por tratar de llevarse al ciudadano Juan Morales a territorio estadounidense por la fuerza. Amaya, avecindado en Tecate, rindió su declaración ante el Comisario de Tecate, en ella narró cómo estando dentro de su casa, siendo aproximadamente las diez de la noche, escuchó dos detonaciones de arma de fuego. Acto seguido salió de su casa, montó su caballo y se dirigió hacia donde se habían escuchado los disparos, en la penumbra pudo distinguir cuatro individuos norteamericanos, esto lo dedujo porque entre ellos se comunicaban en idioma inglés. Tres de ellos escaparon, lograron cruzar la línea fronteriza, sin embargo, Hutchins no corrió con la misma suerte ya que fue sorprendido montado en su caballo sosteniendo las riendas del caballo de Juan Morales y ambos con pistola en mano. En ese momento procedió a arrestarlo y desarmarlo para presentarlo ante la autoridad correspondiente.
¿Pero que tiene en común los casos comentados aquí? Al leer la declaración del gendarme José Amaya nos enteramos que W. A. Hutchins era un agente de migración conocido en la región, lo que hace suponer que sus acompañantes que lograron escapar eran sus compañeros de trabajo quienes eran los encargados de perseguir chinos que se cruzaba de manera ilegal y que estaban intentado llevarse a Juan Morales a Territorio norteamericano porque haya tenía cuentas pendientes con la autoridad, se le acusaba de contrabando de chinos. Para este los fines de este artículo, es irrelevante si Juan Morales era culpable o inocente. Lo que hemos querido mostrar es que la línea fronteriza no representaba una barrera para los agentes norteamericanos pues la cruzaban cada vez que lo creían conveniente sin importar los protocolos diplomáticos, pero por otro lado tampoco era un obstáculo para que los chinos cruzaran y los mexicanos hicieran acciones cuestionables y/o fuera de la ley.
Muy interesantes los relatos de aquella época de nuestro incipiente desarrollo. Si en la actualidad, a los ciudadanos mexicanos nos «pica» la arrogancia de los estadounidenses, es cuestion de imaginar las tropelias que cometían en ese tiempo sus agentes en perjuicio de nuestra escasa población. Muy reconocido por el esfuerzo del TALLER DE HISTORIA DE TECATE, por darnos a conocer esos detalles inéditos que forman parte importante de nuestra identidad.