
Por Emilio Sánchez Pérez
Tecate es un pueblo centenario en sus construcciones, en las que originalmente se aplicó la cultura de la madera y el adobe. De estas, algunas se localizan en las zonas rural y otras en la urbana. Lamentablemente pocas han escapado al necesario desarrollo industrial, comercial y al paso de la modernidad que ha venido a borrar a través del tiempo, parcial y totalmente en algunos de los casos al Tecate de los agradables aromas mañaneros. El olor a tierra mojada, los provocados por el proceso del café y los esparcidos en todo el pueblo por el cocimiento de la materia prima para la elaboración de la rica cerveza. Previo a 1995, año en el que entró en vigor la Ley de Preservación del Patrimonio Cultural del Estadio de Baja California, para dar protección a todo aquello que represente un valor histórico, que cumpla con los rasgos o el perfil para ser declarado Patrimonio Cultural del Estado; en ella se contemplan edificios, sitios, esculturas, objetos, zonas de entorno y zonas protegidas. Como se puntualizó en líneas anteriores, antes de la promulgación de esa ley, Tecate ya había sido tomado en cuenta enlistando algunos inmuebles al Catálogo Nacional de Monumentos Históricos en 1986, de los cuales tal vez había la probabilidad de ser declarados Patrimonio Cultural, entre estos está incluida la escuela de Sauz Chino, que abrió las puertas para la enseñanza de los hijos de los rancheros, la cual también fue aprovechada por algunos padres de familia que no sabían leer ni escribir. El 18 de Marzo de 2016, en el Periódico Oficial del Estado fue publicado por el Instituto de Cultura de Baja California, a través del Departamento de Patrimonio Cultural una nutrida relación en la que a 30 años de distancia se repite nuevamente lo que respecta a la escuela de Sauz Chino. En esa primera publicación de 1986 apareció la imagen de la casa de don Alejandro Arguillez confundiéndola con la institución educativa, esta se localiza aproximadamente a dos kilómetros al Oeste de la casa-habitación antes citada. En dos ocasiones tuve la oportunidad de entrevistar al personaje de las que han transcurrido a la fecha unos 12 años; en estos encuentros poco o nada supe de la escuela, ésta la conocí hace 8 años por conducto de don Lencho exalumno de este recinto educativo, personaje conocedor de caminos y veredas, guía de extranjeros y caza recompensas que seguían a maleantes que cruzaban la frontera de México para internarse en la sierra. “Escuela de Las Juntas” así era conocida, su nombre oficial “Escuela Benito Juárez”, en esos años de visita al lugar, el edificio estaba en pie se puede decir completo pero abandonado, al Norte en una pequeña elevación se encuentra la pila construida de piedra y concreto para abastecer de agua por gravedad los servicios de la escuela, a unos metros por el mismo rumbo construido del mismo material, se localiza el asta-bandera con fecha de inauguración, año de 1950. Actualmente está construcción histórica hecha de adobe y techo de madera de dos aguas sirven de base como planta baja sosteniendo un segundo piso borrando totalmente su original arquitectura. Cuando se conoce la historia y no se divulga nadie sabrá la importancia que tuvo el espacio donde se edificó este santuario del saber, que dio luz de conocimiento a varias generaciones de niños que nacieron en esta región y otros que viajaron en familias a poblar estas generosas tierras. A este listado recientemente publicado habrá que sumar esfuerzos, ya que lo que en su contenido algunos de los inmuebles ya no existen por lo que se hace necesaria una actualización, la baja más reciente que contempla este listado es la casa de madera de 4 aguas ubicada en la calle Portes Gil número 81, inmueble en el que la profesora Boullet enseño a leer y escribir a los pocos niños que había en Tecate, allá por los primeros años del siglo XX.
Casa de doña Margarita Sandez Valencia, al proyectarse la urbanización de Tecate, el 27 de Marzo de 1917 por Gonzalo Garita primer urbanista que llegó al pueblo, en ninguno de sus trabajos se observa señal de esta casa histórica de la familia Valencia, la respuesta es clara, la urbanización fue planeada y ejecutada en la parcela número 11, que cubría el polígono de la Avenida Hidalgo al Sur, al Norte la Avenida México, al Oeste la Calle Carranza y cerrar el espacio al Este con la Calle Portes Gil, de la cual, su primer propietario fue don Jesús Demara. La parcela número 10 está entre las primeras que fue titulada en el siglo XIX, predio que formó parte de la Colonia Agrícola de Tecate, y donde se ubica actualmente la casa de doña Margarita Sandez, así identificada que ocupa el lote No. 21 y manzana 24 en la Calle Plutarco Elías Calles número 502; la propiedad primeramente le perteneció al Sonorense Jesús Valencia, bisabuelo de doña Margarita, de sus herederos don Capracio Valencia Armenta fue el que le dio vida al predio en el cultivo de la Vid a ambos lados del rio, del cual se originó el nombre de la colonia “La Viñita”. Varias entrevistas se le hicieron a doña Margarita en las que siempre expresaba la voluntad de que su casa un día lograra la distinción de ser declarada Patrimonio Cultural, con la promesa de que le permitieran enmarcar una fotografía colocada visiblemente de los abuelos para que el pueblo conociera quienes habían sido mis abuelos de la casa. En entrevista reciente, el Jueves 8 del actual mes de Junio de 2017, Ana Jessenia, hija de doña Margarita coincide con lo expresado por su señora madre, el mismo deseo de conservar la casa, esto puede pensarse que es a la memoria de don Jesús y Eulalia, Capracio y Clara, bisabuelos y abuelos respectivamente, que son el origen del árbol genealógico de la Familia Valencia.
Tecate es rico en su historia, solo baste observar el pasado con la vista de la gratitud.